Friday, May 23, 2025

La tradición de las visitas escolares a la Virgen del Valle.

 



Mayo es, por excelencia, el mes dedicado a la Virgen María en toda la Iglesia Universal. En Écija, este tiempo adquiere un significado aún más especial al girar en torno a la devoción profunda que el pueblo profesa a su Excelsa Patrona, la Santísima Virgen del Valle. A lo largo de estas semanas, son innumerables los ecijanos y forasteros que se acercan a su capilla para elevar plegarias, presentar ofrendas o simplemente contemplarla con amor y gratitud.

Una de las tradiciones más entrañables y arraigadas de estas fechas son las visitas escolares a la Virgen. Desde antiguo, colegios e institutos de la ciudad organizan peregrinaciones de niños y jóvenes que, acompañados de sus maestros, acuden a postrarse ante la imagen de Nuestra Madre. Escuchan con atención su historia, acceden con emoción al camarín donde se venera, le ofrecen flores, alimentos o productos destinados a los más necesitados —un gesto solidario que en los últimos años ha cobrado mayor relevancia—, y entonan con fervor su himno, esa Salve que forma parte de nuestra identidad desde la infancia.

Todo ecijano guarda en el corazón el recuerdo de aquellas visitas escolares de mayo. Son momentos que nos marcan, que nos enseñan a amar a la Virgen y a sentirnos parte de una ciudad unidad.  Porque la Virgen del Valle no es solo símbolo de religiosidad: es vínculo, es historia, es consuelo, es madre. Y como tal, nos cuida y nos reúne a todo el pueblo.

Preservar esta tradición es, sin duda, un deber para con nuestras raíces y con las futuras generaciones. La Virgen del Valle fue, es y seguirá siendo consuelo y guía para el pueblo de Écija. La eterna meta de nuestro caminar.









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